Junín
6 de agosto de 1824
Antecedentes:
Campaña de Bolívar en la Sierra
Como coronamiento de las disensiones políticas que habían perturbado a
Perú desde tiempo atrás, Bolívar, que arribó al Callao el 1 de dicho
mes, se hizo conferir el gobierno de la nación y el mando miliar en el
teatro de operaciones del Sur.
Bolívar, con las facultades que le confería el poder político y el mando
miliar con que estaba investido, se dedicó a instruir al ejército, al
que impuso por medios a veces en exceso severos una férrea disciplina, y
lo dotó de los elementos requeridos para entrar en campaña. Dispuso
levas y reclutamientos que incluían niños de 12 años de edad. Reorganizó
las montoneras (guerrillas). Para obtener los fondos que se necesitaban,
ordenó requisar en el territorio ocupado por las tropas todo cuanto
pudiera tener algún valor.
La concentración del ejército patriota, se realizó en la zona de Cerro
de Pasco durante los meses de junio y julio.
Fuerzas en presencia
Bolívar: 10.000 hombres de las tres armas.
Canterac: 8.000 hombres.
Movimientos previos
El ejército patriota inició la marcha el 3 de agosto desde Cerro de
Pasco por el Oeste del lago de Junín (mide 70 km de largo por 16 de
ancho). Al llegar de Conocancha el día 5, Bolívar supo que Canterac
marchaba hacia el Norte por el otro lado del lago. Siguió entonces hacia
el Este con la intención de interceptarle su camino normal de retirada y
librar batalla.
Canterac a llegar a Carhuamayo adelantó su caballería hasta Cerro de
Pasco; así se enteró, con gran sorpresa, del movimiento que realizaban
los patriotas. Volvió por ello sobre sus pasos, aceleradamente, para que
aquellos cayeran en el vacío.
La acción
El ejército patriota marchaba por la estrecha quebrada de Chacamarca,
con su caballería, 900 jinetes al mando de Necochea, adelantada unos 10
km. Cuando ésa inició el desemboque en la pampa de Junín s encontró
situada en el flanco Oeste de la caballería realista., 1.300 jinetes al
mando de Bedoya, que constituía el escalón de retaguardia de la columna
de marcha del ejército de Canterac que se dirigía hacia el Sur.
Bolívar, al observar la marcha del enemigo, procuró atraerlo mediante un
combate parcial que diera tiempo a que llegara la masa del ejército
patriota. Con ese objeto ordenó a la caballería prepararse para atacar;
pero ésta iba saliendo recién de la quebrada y no disponía de espacio
para desplegar. En esa circunstancia carga la caballería realista: sus
seis escuadrones caen sobre los dos escuadrones de granaderos de
Colombia que estaban a la cabeza del dispositivo patriota y los
derrotan; al repliegue de éstos sigue el repliegue de los otros
escuadrones patriotas, que son perseguidos en forma desordenada por los
jinetes realistas.
En ese momento apareció el escuadrón de Húsares del Perú al mando del
teniente coronel argentino Isidoro Suárez, que había permanecido en la
quebrada en espera de espacio para salir a la pampa por propia
iniciativa Suárez cargó contra el flanco y la retaguardia de los
perseguidores, que desmoralizados volvieron caras. En revés minutos los
escuadrones patriotas que estaban en retirada se reorganizaron y
volvieron a la lucha; de perseguidos se transformaron en perseguidores.
En la acción de Junín no se hizo disparo alguno; ella se concretó al
choque de las caballerías. La realista tuvo 248 bajas entre muertos,
heridos y prisioneros.
La retirada realista
Este combate tuvo una gran influencia en el espíritu del general
realista Canterac y de sus tropas. La retirada que se inicio esa misma
noche fue realizada con gran precipitación; en los dos primeros días el
ejército recorrió 160 km. la retirada finalizó en el Apurimac, a
mediados de septiembre. Durante la misma Canterac perdió cerca de 3.000
hombres entre desertores, rezagados, enfermos y extraviados, y además
armas y municiones.