Relatos de hechos de armas.

   Combate de Quilmes, 26 de junio de 1806 . Por Alexander Gillespie, Capitán del Ejército Británico. 

 

Extractos del libro "BUENOS AIRES Y EL INTERIOR

Observaciones reunidas durante una larga residencia 1806 - 1807"  Alexander Gillespie

 

"En la tarde del 25 de Junio, la sección militar del armamento estaba frente a Quilmes, una punta baja de tierra situada a doce millas de Buenos Aires, y en el curso de esa tarde se efectuó el desembarco de toda la fuerza efectiva con su munición para el servicio. Las fogatas encendidas en todas las alturas, y un inmenso concurso de jinetes viniendo de todos los rumbos al gran centro de la Reducción, pueblito mas de dos millas a nuestro frente, denotaban una alarma general y que este terreno alto era el elegido por el enemigo para la lucha que se aproximaba......Nuestro ejercito efectivo , destinado a conquistar una ciudad de mas de 40.000 habitantes, con un inmenso cuerpo para disputarnos la entrada en ella, se componía solamente de 70 oficiales de toda graduación, setenta y dos sargentos, veintisiete tambores y 1.466 soldados, haciendo un total general de 1.635."

"El 26 ala alba, todos estuvieron bajo las armas, después de una lluvia copiosa durante la noche, que daño unos pocos fusiles. La luz del DIA nos mostró el pueblito de la Reducción como a dos millas de nuestra izquierda, una masa a pie y a caballo, con cuatro cañones a cada flanco delante de nosotros, y una densa columna de caballería rondando nuestra derecha. Se formaron en el limite extremo de un profundo pero verdeante bañado y sobre un llano escogido, que se levantaba abruptamente muchas yardas sobre nuestro nivel, semejante a la escarpada margen de un río. Nada podía ser mas lindo como posición defensiva. Por la mañana temprano varios de sus jefes en bridones ricamente aperados y vestidos con soberbias capas o ponchos, vinieron a reconocer los bordes del bañado que se interponía entre nosotros, y por la confianza que se siguió, se puede presumir que despreciaban nuestras amenazas. No nos quedaba otra alternativa que forzar nuestro camino a través de todos los obstáculos.

Nuestras tropas se formaron en dos columnas y después de avanzar 800 yardas, desplegaron en batalla. El regimiento 71 cubría la derecha; el batallón de marina formaba, un poco mas atrás del 71, la izquierda; y el cuerpo de Santa Elena, 200 pasos atrás, la reserva. Un avance instantáneo nos llevo al bañado, y ele enemigo, viendo enredado uno de nuestros cañones y nuestros hombres irreparablemente presos en el, abrió sus fuegos en dirección oblicua a la derecha. El 71, sin embargo, no desanimado por los obstáculos, lo paso gritando, y pronto se lanzo a la carga, mientras los marinos se ocultaban rápidamente en su retaguardia, y algo a la derecha, para cubrir aquel flanco del resultado de un choque intentado por el cuerpo estacionado ya descrito, que aparentemente esperaba la probabilidad de tal ventaja. Habiendo vencido el bañado y ganado la altura mas allá de este, los granaderos del 71 hicieron una descarga cerrada, que puso al ejercito enemigo en fuga completa, abandonando los cañones y las mulas que los tiraban....Nuestras perdidas fueron insignificantes, merced a la alta puntería de los cañones españoles..."

 Trofeo de la Reconquista, Guión del Regimiento 71,

 tomado por Juan Martín de Pueyrredón en la primera invasión inglesa (1806).

Nota sobre el autor:

Alexander Gillespie

El capitán del ejército británico Alexander Gillespie llegó al Río de la Plata en 1806, formando parte de las tropas invasoras. Corrió las vicisitudes de la lucha y, durante la ocupación de Buenos Aires, desempeñó el cargo de Comisario de los prisioneros españoles, en cuya oportunidad se vinculó con algunas familias porteñas.
Con la Reconquista fue tomado prisionero y fue confinado en primer lugar a San Antonio de Areco y luego a Calamuchita (Córdoba), lo que le permitió conocer el interior del país. Cuando se produjo el descalabro total de Whitelocke regresó con los derrotados a su patria, donde se retiró del servicio activo.