Pedro Andrés García Sobrecasa 

Nació en el pueblo de Caranceja perteneciente a la antigua abadía de Santillana del Mar, cerca de Santander (antigua provincia de Santander, España) el 26 de abril de 1758. Sus padres eran Esteban Juan García de Sobrecasa y Guerra y Doña María Ana García de Bustamante y Bonego, siendo el segundo de nueve hijos. Siendo bautizado en la iglesia de San Andrés del mismo pueblo y educado en la ciudad Santander en un colegio de esculapios.

 

Se incorporó en 1776 a las fuerzas de Pedro de Cevallos, nombrado primer virrey del Río de la Plata y capitán de una expedición a la Colonia del Sacramento. Allí alcanzó García el grado de Alférez de Ingenieros, adscripto como ayudante mayor. Permaneció en Buenos Aires y, en 1778 y 1779, acompañó a San Juan de la Piedra en sus viajes de exploración a la Patagonia. En 1780 revistó como Capitán Graduado de milicias regladas de Infantería, en 1783 como Teniente del Regimiento de Infantería de Buenos Aires y en 1787 como Capitán de la compañía de granaderos de esa unidad.

 

Luego de la Reconquista de Buenos Aires en 1806, es designado para interrogar y organizar a los prisioneros británicos.

El 18 de septiembre de 1806, Santiago de Liniers crea varios cuerpos urbanos de milicia con los habitantes de Buenos Aires, ante la amenaza cierta de una nueva incursión de los británicos sobre la capital del Virreinato.

Uno de éstos cuerpos constituidos fue el Tercio o Cuerpo de Cántabros Montañeses al mando del coronel José de la Oyuela, siendo designado García como capitán al mando de la Cuarta Compañía.

 

Al año siguiente, durante la segunda invasión británica, tuvo una actuación relevante y decisiva al mando del Tercio de Cántabros Montañeses, el cual tenía circunstancialmente a cargo por la ausencia de su jefe el coronel de la Oyuela, en la rendición de las tropas británicas al mando del general Craufurd, que habían tomado el convento de Santo Domingo el 5 de julio de 1807. Su valiente desempeño al mando de los rudos montañeses defendiendo el sector sur del sistema de defensa de la ciudad, motivó que fuese designado primer comandante del Cuerpo por despacho de Liniers del 1 de julio de 1808 con el grado de teniente coronel  y recibiese un importante premio en tierras.

 

Junto con el comandante del Cuerpo Patricios, Cornelio Saavedra hace fracasar un movimiento subversivo contra Liniers, preparado por el Cabildo para el 17 de octubre de 1808.

Durante el alzamiento llevado a cabo por Martín de Alzaga y José Fornaguera para sustituir a Santiago de Liniers, del 1 de enero de 1809, García con su cuerpo de Montañeses apoya a Liniers, junto con el comandante de los Patricios, Cornelio Saavedra.

 

El 13 de enero de 1809, se le confirma el ascenso por la Real Junta de Sevilla a primer comandante del Cuerpo de Cántabros Montañeses.

Por sus destacados servicios, por decreto del 13 de junio de 1809 la Junta Gubernativa de España e Indias, recibió el despacho de Coronel.

Producida la Revolución de Mayo, el 9 de junio de 1810 la Primera Junta le otorga el mando del Regimiento 4 de Infantería – antiguo Cuerpo de Montañeses – y el 15 del mismo lo comisiona para investigar el estado de las fortificaciones de la frontera con el indio.

El 20 de julio de 1810 se traslada a Morón, donde prepara un extenso informe vinculada con la línea de frontera con los indios.

 

En la sesión del 7 de agosto del Cabildo, se inician las gestiones habituales de la expedición a Salinas Grandes, por lo cual el 1 de septiembre García se ofrece para tomar parte de ella.

El 9 de septiembre fue designado por la Junta Provisional Gubernativa, comandante de la expedición que anualmente se dirigía a las Salinas Grandes, situadas al oeste de Epecuén, en busca de sal. García realizó un examen exhaustivo tanto de las zonas de frontera como de las poblaciones cercanas, logrando entablar una buena relación con algunas parcialidades indígenas.

 

El 26 de noviembre de 1811, presentó al Triunvirato una memoria acerca de lo obrado en ese viaje. Proponía, como solución de fondo, mensura exacta y división y reparto de las tierras, formación de pequeñas poblaciones y seguridad en las fronteras y líneas donde deberían fijarse e insistía en la necesidad de ocupar las líneas de los ríos Colorado y Negro y de establecer el cuartel general en Salinas Grandes.

El 26 de julio de 1813, presentó nuevos informes geográficos al gobierno, en los que se ocupó de la canalización de los ríos Tercero y Carcarañá.

           

El 15 de febrero de 1814, eleva un informe proponiendo la persecución y arresto de los “vagos y delincuentes”, que se encontraban mas allá del Salado. Destinándolos a las obras públicas.

           

Debido a la caída de Alvear, es arrestado el 16 de abril de 1815 en su hogar en  Morón y llevado a la capital, cuando se aprestaba a cruzar el río Salado y tratar con las tribus que habitaban esos territorios. Restablecido poco después en su rango y prerrogativas el 1 de marzo de 1816.

          

 En marzo del mismo año, propuso al Directorio un nuevo plan de fronteras en el que ponía el acento en los procedimientos para pacificar y civilizar a los indios.

El 15 de julio de 1819, remitió desde Luján al delegado directorial en la campaña, Cornelio Saavedra, un informe sobre la necesidad de establecer una guardia en los Manantiales de Casco o Laguna de Palantelén.

           

En 1821, luego de analizar un nuevo informe presentado por García, el gobierno le encomendó el mando de una comisión científica que debería considerar sobre el terreno las posibilidades de adelantar la línea de frontera.

El 15 de noviembre de 1821, el gobierno le ordena al coronel Pedro Andrés García, el mando de la expedición hacia el sur de la provincia de Buenos Aires.

 

El 6 de marzo de 1822, García partió desde Morón hacia el sur de la provincia de Buenos Aires, mas precisamente Sierra de la Ventana. La incursión le permitió realizar relevamientos topográficos, consideraciones socio-económicas sobre la zona, estudios sobre las canteras de la región y comentarios acerca de la vida material y espiritual de los indios. Además, pudo confirmar los tratados de paz con algunos jefes pampas y huiliches. También redactó un informe, desde el punto de vista militar, sobre el proyecto de defensa de frontera y se decidió por la ocupación de las sierras, aguardando una época más favorable para procurar un avance hacia los ríos Colorado y Negro. Otros trabajos realizados por García fueron una estadística de los partidos de campaña, tanto de sus terrenos baldíos como poblados, un plan de contribuciones para el sostenimiento de un ejército de 6.000 hombres, las memorias histórico-estadísticas de los partidos de Las Conchas, San Isidro y Morón con sus respectivos planos, el reconocimiento y la nivelación del río Las Conchas y la confección de un mapa topográfico del Tucumán.

 

El 3 de febrero de 1823, eleva un informe junto con su ayudante José María Reyes, donde se da cuenta del resultado de la expedición.

El 21 de abril de 1833, días después de cumplir 75 años, Pedro Andrés García fallece en su querida ciudad de Buenos Aires.

 Actualmente una calle de la ciudad de Buenos Aires lleva su nombre en el Barrio de Villa Lugano.