Nacido en la Isla de Malta en 1772,
cinco años mayor que el Almte. Brown, era la mano derecha de
Mordeille y su segundo al mando en la embarcación
"Dromedario", destacándose en los combates de la reconquista
y defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas.
Finalizadas sus aventuras de Corsario y en los días de la
Revolución de Mayo, el nuevo gobierno constituido, la
Primera Junta, le reconoce el grado de Teniente Coronel, y
dada su experiencia con la artillería embarcada,
concretamente el día 27 de Mayo de 1810 se presenta ante el
Coronel Cornelio Saavedra, quien le otorga el grado de
Teniente Coronel con agregaduría al Cuerpo de Artillería y
lo destaca al Cuerpo de Granaderos que dirigía en aquel
entonces el Coronel Terrada, unidad que ostentaba el nombre
de Granaderos de Fernando VII antes de la Revolución de Mayo
y que luego fueron conocidos como Granaderos Voluntarios de
Infantería o mas comúnmente Granaderos de Terrada, debido a
la estima que por este coronel sentía el pueblo de Buenos
Aires.
A principios de 1811 se forma la primera escuadra nacional,
empresa impulsada por el diputado salteño Francisco de
Gurruchaga, quien combatió en la Batalla de Trafalgar,
oficiando como ayudante del Capitán de Navío Baltasar
Hidalgo de Cisneros. Gurruchaga, en conjunto con el Vocal de
la Primera Junta Domingo Matheu, encaran la formación de la
escuadra naval, integrada por el bergantín "25 de Mayo",
armado con unos 18 cañones y un equipo de 80 hombres, al
mando de Hipólito Bouchard, la balandra "Americana",
comandada por Hubac, con 4 cañones y 26 hombres y la goleta
"Invencible" capitaneada por Juan Bautista Azopardo, con 12
cañones y una tripulación de 66 hombres.
"[...] en San Nicolás de los Arroyos fui atacado el 2 de
marzo del mismo año por siete buques de la escuadrilla de
Montevideo bajo el pabellón español, y a pesar de haber sido
vergonzosamente abandonado de los buques que se hallaban a
mis órdenes tuve la intrépida resolución de batirlos con
sólo mi buque por el espacio de cinco horas de un vivo y
continuado fuego casándoles una grande mortandad, hasta que
quedando sólo con ocho hombres vivos de mi tripulación,
siendo imposible resistir al impulso de una fuerza numerosa
saltando al abordaje; bajé a la cámara disparé mis dos
pistolas en la santa bárbara, y la casualidad fue que las
demás pólvoras no se incendió, siendo a boca de jarro; pero
al fin hecho prisionero herido, quemado y conducido a
Montevideo, desnudo sin tener más ropa que la camisa y
pantalón llenos de sangre de los infelices y valerosos
marineros que se despedazaron en el combate."
En Montevideo se le instruyó un sumario de alta traición a
la Corona española y se lo trasladó a Europa, estando en
prisión por casi diez años, siendo detenido en La Coruña y
El Ferrol, en Galicia; luego en la Carraca de Cádiz, en
donde murió el venezolano Francisco de Miranda -instigador
de la "ayuda" inglesa para la emancipación de las Colonias
Americanas-; y por último destacado a la prisión de la Isla
de Ceuta, en el norte de África, en donde obtuvo en 1820 la
liberación del presidio por gracia del gobernador de la isla
y de quien obtuvo también un pasaporte para trasladarse a
Algeciras y de ahí, a Gibraltar, de donde partiera en un
buque británico para arribar a nuestra ciudad el 26 de
agosto de 1820. |